LOS MISERABLES……. ¿Una novela de Víctor Hugo?
Por: Dr. Horacio Lombardini
Desde hace varios meses la comunidad formoseña y en particular el gobierno provincial viene siendo sometido a un constante, permanente y continuo ataque por parte de varios medios de comunicación concentrados, que por cierto se encuentran radicados a más de mil doscientos kilómetros de nuestra provincia y que solo la conocen por el único hecho de que esta figura en el mapa y forma parte del país, aunque algunos creen que somos el barrio más grande de Asunción del Paraguay.
Esta opereta mediática no es un hecho aislado, casual o de coyuntura, es un hecho que se viene dando hace tiempo y que no está de más decirlo, se recrudece en años electorales como este.
A lo largo del año 2020, y como consecuencia de la pandemia que afecta al mundo entero y obviamente, de la cual la provincia no es ajena, hemos sido testigos de las más insólitas opiniones, comentarios maliciosos y desde luego, una evidente desinformación que pretendió y pretende generar en la opinión publica una imagen totalmente falsa de la realidad formoseña, habiendo comenzado por instalar en la ciudadanía nacional la existencia de dos mil o tres mil personas que conformaban familias enteras con niños o ancianos que instalados en vehículos o carpas a la vera de la ruta 11 en el límite con el Chaco, pretendían ingresar a la provincia y en donde arbitrariamente el gobierno provincial se los impedía, cuando bien sabemos que la realidad era otra, una realidad totalmente distinta ya que esas personas nunca superaron el número de quince o veinte y en donde la mayoría ni siquiera tenía domicilio en la provincia, en donde solo se pretendía que dicho ingreso fuera ordenado, administrado, con los controles sanitarios correspondientes a fin de evitar posibles contagios, no solo en beneficio de la comunidad sino de ellos mismos.
Sin embargo, todo eso no fue suficiente. Una vez logrado el objetivo, presentaciones judiciales mediante, resueltas entre gallos y medianoche, debía continuar el espectáculo desinformativo, ahora ya con el cuestionamiento constante a los Centros de Aislamiento Preventivo, Centros de Asistencia Sanitaria o incluso el Hospital Interdistrital Evita (que es modelo y ejemplo en la región y el país), llegando manifestar que dichos centros eran campos de exterminio, campos de concentración o centros clandestinos de detención y que en los mismos y en general en la provincia en su conjunto existe como constante o como política de estado, la sistemática violación y avasallamiento a los más elementales derechos humanos, siendo estas algunas de las descerebradas expresiones vertidas y de las cuales hemos sido mudos testigos en los últimos días.
A instancias de todo ello, el Gobierno provincial cursó invitación formal a la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación con el objeto de que funcionarios del ente nacional pudieran verificar precisamente el estado de los Centros de Aislamiento, su funcionamiento, la atención integral que en los mismos se realiza, pero por sobre todas las cosas, interiorizar acabadamente a su titular Horacio César Pietragalla Corti de todas y cada una de las medidas adoptadas a lo largo y ancho de la provincia contra el flagelo del COVID-19. Pues bien, eso tampoco alcanzo, no fue suficiente. El informe brindado por el Sr. Secretario en conferencia de prensa fue objeto de todo tipo de descalificaciones, expresando que el mismo fue dirigido, que se visitaron solo los centros que el gobierno de la provincia pretendía que se vieran o en resumen, que la visita del funcionario nacional fue solo una puesta en escena para la “gilada”.
Día tras día, prácticamente a toda hora y en todos los programas televisivos vemos como se tergiversan las informaciones, se manipulan las opiniones, se inventan historias, se direccionan las palabras, se ponen en boca de unos u otros lo que realmente no se dijo o como hace un tiempo atrás, se rebuscaron parentescos con un grado de acercamiento, trato o afinidad que realmente no tenían o simplemente se miente a cara descubierta, a mansalva, solo y con la única intención de calumniar, de perjudicar personal y políticamente al Gobierno de la provincia, al Gobernador y en su persona al pueblo formoseño en su conjunto. Hemos escuchado incluso, expresiones tales como “estado narco”, “Formosa narco”, “estado traficante” o literalmente “delincuentes” como lo expresara hace un par de años un periodista cordobés devenido en porteño y que conoce a nuestra provincia solo porque alguna vez le dijeron en la escuela primaria que existía.
Todo ello con la única finalidad de imponer en la opinión pública, en la ciudadanía, lo que las urnas les han negado reiterada y sistemáticamente a lo largo de los años. Pero bueno, como bien dijo alguna vez aquel gran político que tuviera entre sus filas la Unión Cívica Radical, Chacho Jaroslavsky en referencia a esos periodistas, “Atacan como políticos y se defienden con la libertad de prensa”.
Asistimos a diario a escuchar expresiones tales como “el rey de Formosa”, “el emperador”, “el señor feudal” solo por nombrar algunas, (las más benévolas por cierto) en referencia al Gobernador de la Provincia, criticándolo por los años en que dirige los destinos de nuestra querida tierra, pero omitiendo que fue electo por su propio pueblo, por sus comprovincianos que han confiado y que aún confían en él, pero se olvidan o sufren una súbita amnesia cuando se les pregunta, por ejemplo, cuantos años hace que el Senador Nacional por la Unión Cívica Radical ocupa su banca, o Elisa Carrió, o incluso nuestra ilustre visitante la Sra. Patricia Bulrrich, claro, es mejor no acordarse de eso.
Para aquellos que venimos transitando el camino de la militancia política desde hace mucho tiempo este tipo de puestas en escena características de una obra de boudeville berreta realmente no nos asombra, terminan siendo hasta si se quiere, anecdóticas, sin embargo lo que si realmente me inquieta es el hecho ver y escuchar a personajes de la política vernácula que aparecen en programas televisivos de canales nacionales como periodistas cuando en realidad no lo son y sin siquiera que se haga referencia en dichos programas a su condición de político opositor, ex funcionario público o denunciante serial por lo menos.
También me inquieta, me duele ver y escuchar a legisladores nacionales de mi provincia, subidos al carro de la infamia, de la calumnia, de la vulgar mentira para atraer “unos votitos”, que a lo largo de su tristes carreras políticas les han sido siempre esquivos, pretendiendo de esa manera cambiar la historia de un pueblo que apostó al progreso, a mirar hacia adelante, hacia el futuro, trabajando mancomunadamente por el bien común, junto a un gobierno elegido masivamente por el voto popular, y que ha sabido interpretar acabadamente sus necesidades.
Hace escasos días arribaron a la provincia un grupo de diputados nacionales con la excusa y en salvaguarda, según ellos de la vigilancia y control en el ejercicio de las libertades individuales que se vulneran en la provincia, que constituiría, en suma, una suerte de política de estado violador de todos los derechos y garantías constitucionales.
Dentro de ese contexto, realmente no encuentro y me cuesta expresar con palabras la profunda vergüenza que siento como argentino, como formoseño, de haber escuchado a un representante de la provincia de Buenos Aires que el único mérito que tiene es haber figurado en el año 2016 como titular de una cuenta offshore en paraísos fiscales, que expresara que en su provincia trabajan para que aquí, en Formosa descansemos o seamos mantenidos por ellos, faltándole el respeto miserablemente a todo un pueblo que ni siquiera conoce. Sin embargo, mas vergüenza me da, no haber escuchado a ningún integrante de Juntos por el Cambio o del partido radical de nuestra provincia que expresara su más absoluto y categórico repudio a esos insultos.
Hoy se acercan a nuestra provincia y en particular a la ciudad de Clorinda, legisladores nacionales de la oposición en su miserable papel de gendarmes o custodios del cumplimiento del ejercicio de los derechos individuales de los formoseños, pretendiendo hacer creer a la ciudadanía la falsa intención altruista que dicen ostentar, jugando o manipulando los sentimientos de aquellas personas que han sufrido y sufren la pandemia, el alejamiento de sus seres queridos, la enfermedad o la muerte de muchos de ellos, fomentando el odio, el enfrentamiento entre hermanos, la división de un pueblo noble, sacrificado, trabajador que lo único que ha pretendido es solo vivir en paz.
Las mentiras durante estos tiempos no son nuevas, pero la manera instantánea y viral en la que se difunden para engañar a la opinión pública y fomentar el odio en la actualidad, sí. Tengámoslo en cuenta.